Por: Leila Sucari
En su octava edición, la FED propone ser un lugar de encuentro entre editores independientes, autores y lectores curiosos. Durante los tres días que dura la feria –2, 3 y 4 de agosto–, se podrá recorrer stands, reflexionar sobre literatura, participar de talleres, charlar con escritores, descubrir y deleitarse con propuestas estéticas y contenidos novedosos. Además, con el Pase Cultural, los jóvenes de 16 a 19 años podrán comprar libros con descuentos.
En medio de un mercado editorial en plena crisis, apostar a las publicaciones autónomas, aquellas que no cuentan con el respaldo económico de ninguna institución académica, religiosa ni empresarial, es una manera de defender la esencia del libro y resistir, a través de material original y diseños disruptivos, a la debacle. La selección del catálogo responde a un criterio que busca expresar una mirada particular sobre el mundo y el descubrimiento de nuevas voces por fuera de las modas de las grandes editoriales. “Para mí la FED es el encuentro más importante del año”, dice Ana Ojeda, editora de El 8vo. loco. “Es un momento de encuentro fundamental con amigues editores y escritores. Pero también, de descubrimiento y asombro. Los libros que circulan son de factura impecable, es un privilegio tener la feria en Buenos Aires”, agrega.
Narrativa nacional y extranjera, poesía, ensayos, novelas gráficas, libros infantiles y publicaciones de arte, música y filosofía: en la FED se encuentra todo lo que se busque y, también, más. Habrá 250 sellos editoriales de Argentina, otros países de América del Sur y España.
En los últimos años, las editoriales independientes no dejaron de crecer y de ganar relevancia por la calidad de sus libros, que arriesgan y marcan tendencia entre los circuitos de lectores más exquisitos. En 2017, la FED contó con siete mil visitantes, la cifra del año pasado creció a once mil y este año se espera que sea aun mayor. “La Feria de Editores le da a la edición independiente la relevancia y visibilidad que merece”, dice Marina Yuszczuk, de editorial Rosa Iceberg. ¿Por qué el circuito independiente no para de crecer a pesar de la fuerte crisis de la industria? Porque su propuesta atenta contra los lugares comunes, desafía las leyes del mercado y despierta a los lectores exigentes.
El ambiente de la FED es el de una comunidad con intereses comunes. Lejos está de la vorágine de las grandes ferias internacionales que bloquean las ideas con sus luces frías y sus altos grados de competitividad. “Lo que impacta de la FED es su autenticidad, porque muestra el trabajo profesional, comprometido y complejísimo que realizan los pequeños editores en Argentina. Ese trabajo es el que transforma la escena cultural, quienes visitan la FED lo saben y se acercan porque sienten exactamente eso”, dice Raquel Franco, directora de Pequeño Editor. “Quienes somos expositores, también lo sabemos y nos gusta el efecto de pequeño enjambre que provocamos, da ilusión”, concluye.